Es el elemento del equilibrio, el discernimiento, el razonamiento, la seguridad y la previsión.
Cuando está equilibrado nos aporta fuerza de carácter, sabiduría, previsión, perseverancia y generosidad. Pero si
está desequilibrado, es decir, demasiado alto o demasiado bajo, puede producir conservadurismo extremo, desconfianza, paranoia, asocialización, miedo, ansiedad y debilidad psicológica.
El elemento Tierra rige las funciones asociadas a los meridianos de estómago y bazo-páncreas.
Un buen equilibrio del elemento Tierra en nuestro cuerpo nos aporta sostén y soporte físico a nivel óseo y muscular, sobre todo del hemisferio inferior del cuerpo, niveles óptimos de las células blancas y anticuerpos, digestiones saludables, estabilidad del sistema endocrino, exocrino y del colesterol.
Está relacionado con el Chakra Raíz:
¿Cómo podemos equilibrar el elemento metal en nuestros sistemas?
- La Alimentación:
Para contribuir al equilibrio del elemento agua y sus sistemas asociados, es recomendable ingerir alimentos procedentes de la tierra, preferiblemente de color naranja, de sabor dulce y absorción lenta: calabaza, zanahoria, cereales, legumbres y frutas. Una dieta rica en estos alimentos, sobre todo cocinados, nos aportará buenas digestiones, tonificación del sistema digestivo y la reconstitución de todo el organismo.
- Metabolismo y mente:
Es importante tener en cuenta que el desayuno es la comida más importante del día, deberíamos ingerirlo entre las 7 y las 9 am. Entre las 9 y las 11 am, nuestro metabolismo transforma los alimentos en sangre y energía; es la mejor franja horaria para estar activos.
- Mente y Cuerpos Energéticos:
Hay gran variedad de prácticas que nos pueden ayudar a equilibrar este elemento. Por ejemplo:
. Tratamientos de Reiki.
. Meditaciones individuales o guiadas que nos conecten con la energía del Metal.
Meditación elemento Tierra: Buscar un momento y lugar de tranquilidad y colocarse en una postura cómoda. Hacer un ciclo de respiraciones conscientes con el fin de relajar el cuerpo y la mente y conectar con el ritmo del corazón. Imaginar un tubo que sale del corazón en dirección al centro de la Tierra y dejar que su energía plateada ascienda por él hasta impregnar el corazón.
Imaginar un tubo que sale desde el corazón y llega hasta el Sol y permitir que su energía dorada impregne el corazón.
Una vez que el corazón late en plata y oro, centramos nuestra atención en el primer chakra (cóxis) e imaginamos una raíz o cordón que se va extendiendo hacia el centro de la Tierra. Una vez establecida la conexión, imaginamos cómo, a través del cordón, va subiendo la energía de la Tierra. Es aconsejable intentar visualizarla en distintos colores y tratar de sentir qué sensaciones nos producen; hay colores que nos aportarán fuerza, calma, incomodidad... Una vez que sabemos qué colores nos producen sentimientos positivos, podemos utilizarlos para afrontar las situaciones cotidianas.
Por ejemplo, si el rojo me da fuerza y hoy tengo que emprender una tarea importante, antes de empezar, me conecto con la Tierra y aspiro ese color, dejando que me nutra de la fuerza que necesito...
Podemos finalizar con los colores dorados, plateados y la mezcla de ambos.
Cuando nos sintamos nutridos de esta energía, volvemos a tomar conciencia de la respiración, agradecemos la experiencia y nos permitimos el regreso al Aquí y Ahora.
. Ejercicios prácticos. Por ejemplo:
Círculo de conexión
- En la Naturaleza o en casa:
Buscamos un momento y lugar tranquilo en el que podamos realizar el ejercicio sin miedo a ser interrumpidos. Podemos realizar el ejercicio sentados sobre la tierra o dentro de un círculo de velas encendidas.
Hacemos un ciclo de respiraciones conscientes con el fin de relajar el cuerpo y la mente y conectar con el ritmo del corazón. Imaginamos un tubo que sale del corazón en dirección al centro de la Tierra y dejamos que su energía plateada ascienda por él hasta impregnar el corazón.
Imaginamos un tubo que sale desde el corazón y llega hasta el Sol y permitimos que su energía dorada impregne el corazón.
Una vez que el corazón late en plata y oro, nos permitimos sentir la tierra ante nosotros; su vitalidad, su solidez, su energía.
Vamos sintiendo cómo el poder de la tierra penetra en nuestro cuerpo a través de la piel, nutriendo cada sistema, órgano, músculo, hueso y célula. Sentimos que todos nuestros cuerpos se revitalizan con la energía de la Tierra.
A medida que nos adentramos más en ella, sentimos que no hay diferencia entre la tierra y nuestro cuerpo: somos una misma energía y nos permitimos fluir en ese poder y su equilibrio.
Al finalizar, le agradecemos la experiencia y permitimos que cada uno vuelva al Aquí y Ahora.
- Utilizando la aromaterapia, sus piedras o gemas asociadas:
El primer paso es lavarlas tanto física como energéticamente, suele recomendarse hacerlo con agua de mar o, en su defecto, con agua mineral y sal, pero también podemos utilizar el poder de la Luna Llena, dejándolas toda la noche bajo su influjo...
Podemos utilizarlas a través de la meditación, en una sesión de Reiki, o colocándolas debajo del colchón (una en cada esquina de la cama).
Piedras o gemas:
Heliotropo, Apatita verde, Cuarzo rutilado, Lapislázuli, Cuarzo rosa.
Manzanilla, Rosa, Salvia, Palo de rosa, Pachulí.