lunes, 22 de octubre de 2018

Perdón VS Reconciliación



Perdonar

La definición más común de "Perdonar" es: Olvidar la falta que una persona ha cometido sin guardarle rencor ni castigarla y/o liberarla de una deuda, castigo u obligación.

En cualquier caso, siempre hay un "superior" que perdona y un "necesitado" que es perdonado. Ambos, efectos que provocan sendas causas correlacionadas. Es decir, si en algún momento actuamos como "superiores", gracias a las fuerzas del Yin-Yang, creamos la situación inversa y en algún momento seremos los "necesitados".

Por ejemplo:
Si alguien nos ofende y en ese momento no reaccionamos, sino que lo dejamos pasar, nos convertimos en víctimas que, en algún momento serán verdugos para otros.
Dentro de cada uno de nosotros hay y crece la posibilidad de ser verdugos; ya sea estallando frente a un inocente debido a las ofensas acumuladas o bien desde la necesidad de que otros perdonen nuestras ofensas.

Entonces, ¿perdonar es malo?
En absoluto, simplemente, la mayoría de veces utilizamos la palabra equivocada pues, ¿y si en vez de perdón ofrecemos reconciliación? 

En el acto de perdón el EGO herido es el actor principal, en cambio, en la reconciliación el AMOR es lo único que existe; amor hacia el prójimo y, sobre todo, amor hacia uno mismo pues, al liberarnos de aquello que nos hace daño no solo recuperamos nuestra paz, sino que también recuperamos nuestro poder.

Reconciliar

Restablecer la amistad entre dos personas. Adquirir un estado de paz y tranquilidad interior.

Para poder llegar al estado de la Reconciliación es necesario haber comprendido e integrado cinco factores principales:

1.- Nadie es responsable de cómo me siento yo.

Las personas hacen y dicen cosas que no siempre son de nuestro agrado pero, es mi responsabilidad el cómo permito que me afecten y en qué forma reacciono ante ello.

2.- Todo aquél que está en mi vida es mi espejo.

La “Ley del Espejo” dice que todo lo de fuera (las circunstancias de tu vida) es un reflejo de tu interior. Si cambias tu interior (tu forma de pensar, tus creencias y paradigmas), tu realidad cambia. La CAUSA de todo lo que experimentas y sucede en tu vida está siempre en el interior. Por lo tanto, no eres víctima de nada ni de nadie, sino que tú creas tu realidad (te guste o no).

Muchas personas tienen dudas acerca de la ley del espejo y no ven con claridad cuál es el reflejo exterior. Hay cuatro matices que podemos tener en cuenta a la hora de entender si estamos ante una situación de espejo: 

.- Los demás nos espejean cualidades nuestras que no sabemos que tenemos cuando nos gustan especialmente algunas de sus características.
.- Lo que nos molesta de alguien nos espejea justo lo que no queremos ver o aceptar de nosotros mismos.
.- Cuando queremos controlar o manipular al otro teniendo expectativas egoístas.

.-Cuando sin darnos cuenta estamos haciendo lo mismo a terceras personas.

Tener en cuenta la Ley del Espejo nos aporta mayor autoconocimiento, integración de nuestras sombras, más empatía y compasión, más equilibrio emocional, liberación de las actitudes de víctima, sabiduría y libertad.




3.- El enojo nace de la necesidad o miedo a no ser amados, entendidos, aceptados...

Si en vez de culparnos por no ser como los demás esperan o desean que seamos, nos permitimos ser y sentir como realmente somos y sentimos, a nuestro alrededor siempre habrá personas que nos amen precisamente por eso; la diferencia está en lo diferente...

4.- El primer enojo nace con uno mismo cada vez que no nos permitimos decir y actuar como realmente sentimos.

Si nos permitimos equivocarnos de vez en cuando y, en vez de castigarnos, nos premiamos por habernos dado cuenta de ello y trabajamos para mejorarlo, nosotros mismos nos convertiremos en la persona que más nos ame, aumentará nuestra autoestima y por ende, nuestro propio poder personal. 
Al aceptar nuestras propias faltas desde la benevolencia para con nosotros mismos, será mucho más fácil comprender las faltas de los demás y, poco a poco, irá desapareciendo la fuerza que nos mantiene en continuo juicio.

5.- Si no hay necesidad no hay rabia. Si no hay rabia no hay cadenas; solo desde la paz interior puedo resolver las situaciones exteriores.

Cuando estamos en paz con nosotros mismos, nos aceptamos por completo y nos entregamos al auto-conocimiento desde una postura amorosa, resulta más sencillo entender a los demás. Es más, al dejar de juzgarnos desaparece la necesidad de juzgar a los demás.






Herramientas para trabajar la Reconciliación

Libertad:

La única fórmula es comprometernos con nosotros mismos, desde nuestra propia libertad, a tener una actitud de desnudez y aprendizaje con el único fin de traer a nuestra vida la paz, sabiduría y entendimiento que nos permitan soltar los lastres que no nos permiten avanzar.

SÍ A TODO COMO ES:

Aprender a fluir con la vida, con las personas que nos rodean y con nuestros propios sentimientos, actitudes y sombras sin juzgar ni juzgarnos convierte la vida en un camino de aprendizaje, motivación e ilusión, pero si nos mantenemos rígidos, enfocados y/o dominados por nuestro ego, creencias y patrones obsoletos o dañinos, seguiremos caminando en círculos sin siquiera atisbar el gran portal de amor que nos hace libres.

Cartas de perdón o liberación:

Llamadas así, no porque se perdone a alguien, sino porque nos ayudan a liberarnos de las cargas que nos estaban limitando. Es decir, entendemos el perdón como ese acto de amor hacia uno mismo que tenemos cada vez que ponemos nuestra propia paz por delante de cualquier enojo, decepción u ofensa.

Podríamos imaginar a la herida emocional como una púa; la llevamos clavada y nos da miedo quitárnosla por si nos duele, pero resulta que si no la sacamos, al final, la herida se hace más dolorosa, más grande e incluso puede llegar a infectarse: cuanto más profunda o duradera es la herida emocional, más duele, más supura.
El mayor gesto de amor que podemos tener para con nosotros mismos es sacarnos la púa; no importa si se nos clavó por accidente o si alguien nos la clavó, lo importante es deshacernos de ella, ¿no crees?
Si alguien nos la "ha clavado" (queriendo o sin querer) y "por orgullo", esperamos a que esa esa persona quien nos la quite, tal vez lleguemos a morir con ese anhelo...

Si buscamos en Internet, encontraremos infinidad de cartas de este tipo:

- Carta de perdón.
- Carta de liberación del clan familiar.
- Carta de liberación del linaje masculino/femenino.
Etc.

Ejemplo de carta de perdón para resolver enojos o cuestiones no resueltas con otras personas:

Empezamos copiando el inicio del guión.

En (lugar de residencia)
Fecha:
A la atención de (nombre y apellidos de la persona a quien va dirigida).

Hace tiempo que tengo ganas de decirte algunas cosas, pero hasta ahora no he tenido el valor suficiente para hacerlo y es que...

En este punto, nos dejamos fluir y escribimos todo lo que sentimos en referencia a esa persona o situación que nos duele. No importa si salen insultos, recriminaciones o quejas, lo importante es liberarnos de toda esa carga emocional que llevamos en nuestro interior.
 No importa si nos hemos remontado mucho en el pasado ni el tiempo que hace que estamos sufriendo por ello; escribimos hasta que sentimos que lo hemos sacado todo, que no nos queda nada más que decir y seguimos copiando el guión.

Y por todo esto, por no ser tú como yo esperaba que fueses, te perdono y te libero. Me perdono y me libero.

Firma:

Es muy recomendable que la primera carta de perdón sea para uno mismo y, de ahí, escribir una carta a cada persona cercana que ha influido en nuestra vida: padres, hijos, parejas, ex-parejas, ex-amigos (allí donde haya un "ex" es recomendable una carta de perdón).


Meditaciones guiadas:

- Que refuercen nuestra autoestima y poder personal, por ejemplo:



- Para la liberación del clan, por ejemplo:




- Para la resolución de conflictos con otra persona, por ejemplo:




Reconciliarse con uno mismo es el primer paso hacia la auténtica y completa sanación, el segundo, agradecer todo lo que está en nuestra vida y el tercero, trabajar para y por hacernos felices.


jueves, 18 de octubre de 2018

Apego VS Libertad




El Apego

Se define como un estado emocional de vinculación afectiva intensa, duradera y de carácter particular, que se desarrolla y consolida entre dos individuos o hacia algún objeto y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección. Es decir, crea en nosotros la  sensación de que sin esa persona u objeto no podemos ser felices.

El vínculo de apego suele aparecer en torno al año y suele darse entre un niño o niña y sus progenitores o cuidadores, aunque existe la posibilidad de que la figura de apego cambie a lo largo de la vida. 

Cada relación de apego tiene sus características específicas, dado que algunos factores como la edad o la interacción tienen mucha influencia. Estas relaciones son muy amplias, pero las más importantes son las de asegurar la supervivencia de la cría, darle seguridad, autoestima y la posibilidad de intimar, es decir, tener una comunicación emocional privilegiada, así como refugiarse en situaciones de angustia o confusión para sentirse seguro.

Más allá de esto, hay otros tipos de apego que, en lugar de ser beneficiosos, nos dañan. De hecho, incluso el apego de crianza debe ir menguando con el tiempo hasta su completa desaparición. Es la única forma en la que el nuevo individuo puede tomar las riendas de su vida y decidir por sí mismo.

Tipos de Apego

- A nuestras creencias: Nos cuesta mucho abrir la mente a creencias externas o desconocidas.

- Necesidad de mantener el control en todo momento.

- Mental, físico y emocional sobre nuestras responsabilidades ante la vida.

- Miedos: a estar solos, a no ser amados, al vacío, al olvido...

- La creencia de que somos necesarios para los demás.

- A un ser querido vivo o fallecido.

- Al resentir: a recrear una y otra vez los sentimientos de dolor.

- A nuestras costumbres y cotidianidades.

El apego es una herramienta de supervivencia natural hasta que se convierte en una dependencia, entonces se transforma en algo tóxico o disfuncional; lo que antes nos daba seguridad se convierte en una cadena que no nos permite expandirnos y alcanzar nuestro máximo potencial.



El desapego

Es la única opción que nos permite ser quienes realmente somos.
Se trata de ponernos en manos del Universo y confiar en que el resultado que obtengamos será el correcto y perfecto para nuestro propio desarrollo y aprendizaje.

Desapego es dejar a un lado la rigidez que nos condiciona y apostar por la flexibilidad abriéndonos al mundo de las infinitas posibilidades. Es salir de nuestra zona de confort y arriesgarnos a apostar por nosotros mismos y nuestro infinito potencial.

Las cuatro leyes del desapego

1.- Eres responsable de ti mismo.
2.- Vive el presente, asumiendo y aceptando tu realidad.
3.- Promueve tu libertad y permite a los demás vivir la suya.
4.- Asume que las pérdidas van a sucederse, tarde o temprano.

El desapego implica la ausencia de toda necesidad. Sentir que ya tenemos todo lo que necesitamos pues, lo que aún no ha llegado, está por llegar y, sobre todo, vivir AQUÍ y AHORA sin ningún control.

Estrategias para trabajar el desapego

- Intentar ser libre, es decir, permitirnos hacer o no hacer aquéllo que realmente sintamos.

- Perdonarnos por nuestros errores y perdonar a los demás; somos libres incluso para equivocarnos: sin error no hay aprendizaje.

- Visualizar lo que conseguimos con el desapego. Permitirnos sentir la libertad que se oculta al trascender la necesidad.

- Aceptarnos tal y como somos; al permitirnos ser quienes realmente somos, aceptar a los demás es mucho más sencillo.

- Meditaciones. Por ejemplo: 



- Trabajar la autoestima.

- Trabajar con la energía de las piedras

La amatista o las piedras de color violeta tienen la propiedad de transmutar las energías negativas o de baja vibración en energías limpias, positivas y renovadas.
El primer paso es lavarlas tanto física como energéticamente, suele recomendarse hacerlo con agua de mar o, en su defecto, con agua mineral y sal, pero también podemos utilizar el poder de la Luna Llena, dejándolas toda la noche bajo su influjo... 

Una vez que encontramos el apego del que nos queremos liberar, podemos utilizarlas a través de la meditación, en una sesión de Reiki, o tomandos la piedra entre las manos y poniendo toda nuestra intención en la liberación y transmutación de ese vínculo dañino o no deseado.

- EFT o Tapping.
Es una herramienta muy sencilla que se basa en dar golpecitos con las yemas de los dedos en ciertos puntos del cuerpo. Su objetivo es eliminar el bloqueo que no permite fluir las emociones y/o pensamientos.
Los puntos de tapping coinciden con puntos de inicio o final de meridianos de acupuntura:

0: El lateral de la mano, entre la base del dedo meñique y la muñeca.
1: La parte superior de la cabeza.
2: El extremo interior de la ceja.
3: El lateral del ojo.
4: El hueso que hay debajo del ojo.
5: Entre la nariz y el labio superior.
6: La depresión que hay entre la barbilla y el labio inferior.
7: La punta del extremo interior de la clavícula.
8: Unos cuatro dedos por debajo de la axila.
9: El ángulo interior de la uña del dedo pulgar.
10: El ángulo interior de la uña del dedo índice.
11: El ángulo interior de la uña del dedo corazón.
12: El ángulo interior de la uña del dedo meñique.






- Ejercicios para el desapego material:

Si pensamos un poco, seguro que encontraremos muchos objetos que hace tiempo que no utilizamos. Entonces, ¿por qué los seguimos guardando?
Un jersey de cuando teníamos veinte años, la entrada de cine de aquella película que nos gustó mucho, la flor que nos regaló uno de nuestros amores, las fotos de nuestro primer enamoramiento... 

Cuando trabajamos el desapego en un aspecto concreto de nuestra vida, lo trabajamos a nivel general. Por ejemplo, si trabajamos el desapego material, por extensión, también estamos trabajando con todos nuestros apegos inconscientes.

¿Cómo podemos hacerlo?

. Regalar un objeto que no usamos ni tiramos desde hace mucho.

. Regalar un regalo recibido.

. Deshacernos de algo a lo que estamos muy apegados.

. Deshacernos de fotografías del pasado.

Todos hemos vivido momentos difíciles, relaciones conflictivas..., pero seguimos guardando las fotografías que nos hicimos en esos tiempos, con esas personas que tanto daño nos hicieron. ¿Por qué? La respuesta es muy sencilla: APEGO; a quienes fuimos, a la juventud, a nuestro pasado, al dolor...
Si miramos bien, seguro que encontraremos infinidad de apegos y ¡estaremos de enhorabuena! Si los vemos, podemos trabajarlos y andar con paso firme hacia la LIBERTAD.

Entre la resignación y la aceptación se encuentra el fluir. Quien fluye consigo mismo y sus aprendizajes abre la puerta de las infinitas posibilidades.





viernes, 5 de octubre de 2018

¿Por qué no puedo cambiar una realidad que no me gusta?



Una vez que empieza nuestro despertar a la consciencia, es decir, cuando empezamos a hacernos preguntas como: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿hasta cuándo?, ¿cuánto?...
Empezamos un camino que, sin ser distinto, es completamente nuevo. En ese momento empezamos a buscar respuestas porque, aunque la primera respuesta que obtenemos sea: "Cada uno es maestro de sí mismo. Las respuestas están dentro de cada uno", nuestra mente física necesita buscarlas en el exterior.
Y está bien así, realmente todo está bien en cualquier forma en la que se dé mientras nos ayude a crecer en todos los aspectos que nos completan.
Pero, a la vez, puede ser una experiencia agotadora que se presenta con mucha frecuencia en nuestro día a día. Siguiendo las leyes del Yin-Yang, toda información que obtenemos también nos ofrece su opuesto. Dependiendo de las fuentes que consultemos podemos encontrar frases alentadoras o desalentadoras, claridad o más confusión. Eso, sin contar la ventaja y desventaja de vivir en un momento de gran facilidad para obtener información casi ilimitada sobre cualquier cuestión a la que estemos buscando respuesta.

Lo cierto es que no existe una única información verdadera; su verdad depende del grado de conexión que sintamos con sus afirmaciones o negaciones.

Si lo crees, lo creas

Una simple frase que resume una gran lección: somos y nos sirve únicamente aquello en lo que creemos.

Si creemos que Reiki es sanador y que todo lo que nace de ahí es para nuestro mayor bien, entenderemos las crisis de sanación como parte de un proceso natural y beneficioso de limpieza y crecimiento personal. Pero, si creemos que todo lo que no nos produce únicamente sensaciones de bienestar general es malo, Reiki será malo.
Nosotros mismos bloqueamos o abrimos paso a nuestra expansión física, emocional, mental, energética...

¿Qué tipos de bloqueos nos acompañan?

1.- Bloqueos Emocionales

Podemos llevar nuestra vida con normalidad y calma y, en un momento dado, sentir que algo falla, que algo no fluye con normalidad.
Es momento de plantearnos si podemos estar pasando por un bloqueo emocional: una barrera que nos impide pensar y sentir con claridad. Lo cierto es que esta barrera es un mecanismo de defensa que nos ayuda a "no sentir" las sensaciones incómodas que nos afectan en ese momento. Nos protege y, a la vez, nos impide sentir en profundidad y expansión.
Aprender a comprender y gestionar nuestras propias emociones es el único camino válido en este momento. Hasta que no logremos conectar con los pensamientos que crean en nosotros esas emociones y nos permitamos sentirlas, no podremos avanzar.

* Ejercicios para desbloquear las emociones enquistadas:

. Respiración: La respiración Ha de Ho'oponopono es una de las más fáciles y efectivas. Se trabaja en series de 4 repetidas cuatro veces: Inspiramos contando hasta 4, mantenemos el aire contando hasta 4, expiramos contando hasta 4, mantenemos contando hasta 4...

. Meditación: En internet podemos encontrar infinidad de meditaciones guiadas para la relajación. Con dedicarles 5 o 7 minutos al día es suficiente para mantenernos conectados con nuestro sentir real.

. Ejercicios prácticos:
Mecer la pelvis: Podemos realizarlo tumbados o de pie, apoyando bien las plantas de los pies y doblando ligeramente las rodillas. Al inspirar movemos la pelvis hacia adelante y hacia atrás al expirar.

Tapping:
Es una herramienta muy sencilla que se basa en dar golpecitos con las yemas de los dedos en ciertos puntos del cuerpo. Su objetivo es eliminar el bloqueo que no permite fluir las emociones y/o pensamientos.
Podemos utilizarlo de dos formas:
1. Mencionando el problema o preocupación que queremos resolver.
2. Con la única expectativa de dejar fluir las emociones para poder detectarlas y gestionarlas.

Los puntos de tapping coinciden con puntos de inicio o final de meridianos de acupuntura:

0: El lateral de la mano, entre la base del dedo meñique y la muñeca.
1: La parte superior de la cabeza.
2: El extremo interior de la ceja.
3: El lateral del ojo.
4: El hueso que hay debajo del ojo.
5: Entre la nariz y el labio superior.
6: La depresión que hay entre la barbilla y el labio inferior.
7: La punta del extremo interior de la clavícula.
8: Unos cuatro dedos por debajo de la axila.
9: El ángulo interior de la uña del dedo pulgar.
10: El ángulo interior de la uña del dedo índice.
11: El ángulo interior de la uña del dedo corazón.
12: El ángulo interior de la uña del dedo meñique.



2.- Bloqueos Físicos

Un bloqueo físico es la contención muscular de algún impulso o sentimiento tabú: intentamos suprimir la respuesta física a una emoción porque consideramos que no está bien. Si lo aceptamos, en lugar de luchar contra ello, descubriremos el gran potencial que se esconde tras un bloqueo.
Nos hemos acostumbrado a diferenciar el cuerpo de la mente y sentir que son dos cosas separadas. Y nos hemos hecho tan mentales que sólo nos identificamos con nuestras acciones voluntarias y controlables. Consideramos que todo lo demás, lo involuntario e inconsciente, no nos pertenece.
* Ejercicio práctico para trabajar el bloqueo físico:

Buscamos un momento y lugar en el que podamos estar tranquilos, nos colocamos en una postura que nos resulte cómoda y cerramos los ojos.
Respiramos tranquilamente, observando la respiración pero sin intervenir en el proceso e intentamos descubrir qué partes de nuestro cuerpo se resienten, a qué partes de nuestro cuerpo no llega la respiración.
Una vez que las hemos localizado, nos mantenemos como meros observadores, no intentamos que ese malestar o rigidez se desvanezcan, simplemente seguimos respirando y dándonos permiso para que el aire limpio llegue a esas zonas.

Cuando sintamos que algo ha cambiado; que ha emergido una emoción, que la rigidez es menor, que el dolor se ha convertido en otra cosa, entonces abrimos los ojos y volvemos al presente que nos ocupa.
A veces no podremos reconocer una emoción en especial pero si podemos sentir qué parte de nuestro cuerpo se resiente, podemos buscar qué emociones están ligadas a esa parte u órgano de nuestro cuerpo. A partir de ahí tan solo deberemos aceptarla y darnos permiso para sentirnos así para notar cómo, poco a poco, nuestro estado anímico y físico mejora.





3.- Creencias limitantes

Son una percepción de la realidad que nos impide crecer, desarrollarnos como personas o alcanzar todas esas cosas que nos hacen ilusión. Es algo que realmente no es cierto pero que, como si lo es para nuestra mente y eso es lo que vale para nosotros, lo damos por bueno.
Puede ser algo con lo que hayamos convivido desde pequeños o que se haya incorporado en nuestra vida a través de alguna experiencia u opinión; si un amigo me hizo daño, a partir de ahí puedo protegerme de los "falsos amigos" por lo que no me abro a nuevas amistades.
Si nosotros creemos que no podemos, el cerebro ya nos predispone para eso
Lo mismo sucede con el  miedo que nos paraliza; nosotros ya visualizamos el futuro, naturalmente desde la parte catastrófica y pensando en todo lo que nos va a ir mal en vez de todo lo que puede ir bien.

. Algunas creencias limitantes:
- El dinero no crece en los árboles.
- Todos los actores son de principios dudosos.
- Aún no estoy preparado.
- No merezco "esto que deseo".
- Yo no soy como "alguien con quien nos comparamos".
- El trabajo está muy mal.
- El mundo es injusto.
...

Es importante saber que la mayoría de creencias limitantes se crearon en la infancia y suelen acompañar la baja autoestima y la falta de confianza. Normalmente estas creencias van asociadas a un miedo: a hablar en público, a ser rechazado, a esforzarse en vano...

Las creencias no responden a verdades o hechos demostrables a través del raciocinio, sino que son pensamientos asociados a ideas o sentimientos que tomamos como ciertos, ya sea por fe, confianza, miedo… Es decir, la creencia no es la verdad, es una verdad que hemos construido.
¿Cómo detectar las creencias limitantes?
Lo cierto es que no es fácil pues se trata de pillar infraganti a nuestro cerebro. Es decir, conocer qué pensamientos tenemos sobre esa faceta de nuestra vida que no funciona como deseamos.
Trucos:
- Observar nuestra forma de expresarnos; mensajes derrotistas o negativos son indicio de creencia limitante.
- Escribir en un papel todo lo que pensamos sobre ese tema y, una vez terminado, estudiar su lenguaje.
- Meditaciones de merecimiento y creencias.
Una vez que hemos descubierto qué creencia nos limita, nuestro trabajo será cambiarla, transformarla en positivo.
Por ejemplo: Si el mensaje es de "no puedo", procuraremos usar la palabra "puedo" cuando nos refiramos a ello o, en todo caso, le añadiremos la palabra "pero" o "por ahora" o "hasta ahora".
- "No puedo trabajar de lo que me gusta", podemos transformarlo diciendo: "Puedo trabajar de lo que me gusta"/"Hasta ahora no he podido trabajar de lo que me gusta"/"No puedo trabajar de lo que me gusta por ahora".
Con este ejercicio, poco a poco, iremos trascendiendo la creencia que nos había estado limitando.

4.- Bloqueos Transgeneracionales
Nacemos formando parte de un proyecto consciente o inconsciente de nuestros padres, que a su vez, obedece a la información heredada de nuestros ancestros.
La carga de esta memoria transgeneracional se transmite en el momento de la concepción con el deseo de nuestros antepasados de ver realizados sus mandatos.
La información del linaje pasa de padres a hijos tanto a nivel genético como a nivel psíquico, copiando inconscientemente la información neurológica y energética de nuestros ancestros.
Entender nuestro árbol genealógico nos permite contactar con las emociones atrapadas en él y liberarnos de sus bloqueos e influencias negativas.
Para detener el proceso de repetición es necesario buscar en el esquema familiar y encontrar el origen del bloqueo dentro de la historia de los ancestros.
Descubrir  qué sintieron, conocer las reglas familiares a cerca de lo que se puede y lo que no se puede hacer, los derechos y deberes de cada uno de sus miembros, lo prohibido y el rol de cada miembro dentro del clan familiar, nos permite tomar consciencia de los conflictos y, lo que es más importante, sanarlos. 
Eliminar las cadenas inconscientes y soltar el lastre que nos ata a conflictos vividos en el pasado familiar nos ayudará a convertir las experiencias dolorosas del presente en acciones positivas y a tomar el control, permitiéndonos ser los protagonistas de nuestra propia vida.
Para ello, lo más fácil es encontrar a un terapeuta de la biodescodificación y trabajar con él de forma íntima y certera pero también podemos empezar nosotros mismos.
¿Cómo? Indagando en los recuerdos del clan, hablar con los mayores, intentar hacernos una idea de cómo eran nuestros antepasados, de cómo vivían, de si había alguna enfermedad hereditaria o algún patrón común visible que podamos vincular con nuestro propio presente.
Una vez que hemos hallado una conexión, podemos limpiar esas memorias practicando Ho'oponopono, escribir una carta de perdón o de sanación del linaje familiar y, sobre todo, aceptar y amar a cada uno de los integrantes del clan por encima de todas las sombras que puedan haberle acompañado.



La aceptación y el amor incondicional hacia todos y, en especial, hacia nosotros mismos, son las mejores herramientas con las que podemos trabajar.