miércoles, 12 de septiembre de 2018

Conexión con el elemento Fuego




 Es el elemento de la vida y el deseo, la valentía, la fuerza y la pasión.

Cuando está equilibrado nos aporta empuje, claridad mental, positivismo, determinación, dinamismo, entusiasmo, confianza, capacidad de diálogo y liderazgo. Pero si está desequilibrado, es decir, muy bajo o demasiado alto, puede producir trastornos de atención, sentimientos de invisibilidad, mal genio, histeria, despotismo, hiperactividad, autoritarismo, fiebre, insomnio, dolores de cabeza,  infecciones y aumento de la mucosidad.

El elemento Fuego es el único que rige las funciones asociadas a cuatro meridianos: Corazón, Intestino Delgado, Maestro corazón y Triple Calentador:





Un buen equilibrio del elemento Fuego en nuestro cuerpo nos aporta salud y fuerza física, digestiones óptimas, buena asimilación de los elementos beneficiosos para el organismo, buen drenaje de los elementos innecesarios para el organismo, piel sana y elástica, buena tensión arterial, un flujo óptimo de la energía original del organismo, la oxigenación de todos los sistemas y órganos corporales...

Su chakra asociado es el Corazón:




¿Cómo podemos equilibrar el elemento Fuego en nuestros sistemas?

- La alimentación:
Para contribuir al equilibrio del elemento Fuego y sus sistemas asociados, es recomendable ingerir alimentos de hojas verdes y/o frutos rojos,  preferiblemente de sabor amargo y ricos en agua.

- Metabolismo y Mente:
Es importante tener en cuenta los ritmos de Sol y Sombra y de ingesta de alimentos; es tan importante comer como respetar los ciclos de descanso del sistema digestivo. Lo ideal es hacer cinco comidas al día en cantidades moderadas durante el día y más ligera en la cena.
Respetar estos ciclos ayudará a nuestro corazón e intestino delgado en sus funciones  de nutrición y limpieza, tanto a nivel físico como a nivel mental, emocional y energético.

- Mente y Cuerpos Energéticos:
Hay gran variedad de prácticas que nos pueden ayudar a equilibrar este elemento. Por ejemplo:

. Tratamientos de Reiki.

. Meditaciones individuales o guiadas que nos conecten con la energía del Fuego. Por ejemplo:


Meditación elemento Fuego: Buscar un momento y lugar de tranquilidad y colocarse en una postura cómoda. Hacer un ciclo de respiraciones conscientes con el fin de relajar el cuerpo y la mente y conectar con el ritmo del corazón. Imaginar un tubo que sale del corazón en dirección al centro de la Tierra y dejar que su energía plateada ascienda por él hasta impregnar el corazón.
Imaginar un tubo que sale desde el corazón y llega hasta el Sol y permitir que su energía dorada impregne el corazón.
Una vez que el corazón late en plata y oro, volvemos a centrarnos en nuestra respiración y la conectamos con el ombligo. Sentimos cómo, a través del ombligo, la energía del Fuego recorre todo nuestro cuerpo, sistemas y órganos, equilibrándose y equilibrándonos.

Cuando nos sintamos nutridos de esta energía, volvemos a tomar conciencia de la respiración, agradecemos la experiencia y nos permitimos el regreso al Aquí y Ahora.





. Ejercicios prácticos. Por ejemplo:

Círculo de conexión

- En la Naturaleza o en casa:

Buscamos un momento y lugar tranquilo en el que podamos realizar el ejercicio sin miedo a ser interrumpidos. Podemos realizar el ejercicio sintiendo el Sol, frente a una hoguera o dentro de un círculo de velas encendidas; hay que sentir su calor pero sin temor ni posibilidad de quemarnos.

Hacemos un ciclo de respiraciones conscientes con el fin de relajar el cuerpo y la mente y conectar con el ritmo del corazón. Imaginamos un tubo que sale del corazón en dirección al centro de la Tierra y dejamos que su energía plateada ascienda por él hasta impregnar el corazón.
Imaginamos un tubo que sale desde el corazón y llega hasta el Sol y permitimos que su energía dorada impregne el corazón.
Una vez que el corazón late en plata y oro, nos permitimos sentir el fuego ante nosotros; su vitalidad, su calor, su energía.

Vamos sintiendo cómo el calor del fuego penetra en nuestro cuerpo a través de la piel, llenando cada sistema, órgano, músculo, hueso y célula. Sentimos que todos nuestros cuerpos se revitalizan con la energía del Fuego.
A medida que nos adentramos más en él, sentimos que no hay diferencia entre el fuego y nuestro cuerpo: somos una misma energía y nos permitimos fluir en ese calor y su luz.
Al finalizar, le agradecemos la experiencia y permitimos que cada uno vuelva al Aquí y Ahora.

- Utilizando la aromaterapia, sus piedras o gemas asociadas:
El primer paso es lavarlas tanto física como energéticamente, suele recomendarse hacerlo con agua de mar o, en su defecto, con agua mineral y sal, pero también podemos utilizar el poder de la Luna Llena, dejándolas toda la noche bajo su influjo... 
Podemos utilizarlas a través de la meditación, en una sesión de Reiki, o colocándolas debajo del colchón (una en cada esquina de la cama).


Piedras o gemas:
Piedra de Luna, Esmeralda, Cuarzo Ahumado, Diamante.

Aromaterapia:
Romero, Cedro, Salvia, Árbol de Te, Clavo de olor, Mirra, Tanaceto Azul.





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