lunes, 22 de octubre de 2018

Perdón VS Reconciliación



Perdonar

La definición más común de "Perdonar" es: Olvidar la falta que una persona ha cometido sin guardarle rencor ni castigarla y/o liberarla de una deuda, castigo u obligación.

En cualquier caso, siempre hay un "superior" que perdona y un "necesitado" que es perdonado. Ambos, efectos que provocan sendas causas correlacionadas. Es decir, si en algún momento actuamos como "superiores", gracias a las fuerzas del Yin-Yang, creamos la situación inversa y en algún momento seremos los "necesitados".

Por ejemplo:
Si alguien nos ofende y en ese momento no reaccionamos, sino que lo dejamos pasar, nos convertimos en víctimas que, en algún momento serán verdugos para otros.
Dentro de cada uno de nosotros hay y crece la posibilidad de ser verdugos; ya sea estallando frente a un inocente debido a las ofensas acumuladas o bien desde la necesidad de que otros perdonen nuestras ofensas.

Entonces, ¿perdonar es malo?
En absoluto, simplemente, la mayoría de veces utilizamos la palabra equivocada pues, ¿y si en vez de perdón ofrecemos reconciliación? 

En el acto de perdón el EGO herido es el actor principal, en cambio, en la reconciliación el AMOR es lo único que existe; amor hacia el prójimo y, sobre todo, amor hacia uno mismo pues, al liberarnos de aquello que nos hace daño no solo recuperamos nuestra paz, sino que también recuperamos nuestro poder.

Reconciliar

Restablecer la amistad entre dos personas. Adquirir un estado de paz y tranquilidad interior.

Para poder llegar al estado de la Reconciliación es necesario haber comprendido e integrado cinco factores principales:

1.- Nadie es responsable de cómo me siento yo.

Las personas hacen y dicen cosas que no siempre son de nuestro agrado pero, es mi responsabilidad el cómo permito que me afecten y en qué forma reacciono ante ello.

2.- Todo aquél que está en mi vida es mi espejo.

La “Ley del Espejo” dice que todo lo de fuera (las circunstancias de tu vida) es un reflejo de tu interior. Si cambias tu interior (tu forma de pensar, tus creencias y paradigmas), tu realidad cambia. La CAUSA de todo lo que experimentas y sucede en tu vida está siempre en el interior. Por lo tanto, no eres víctima de nada ni de nadie, sino que tú creas tu realidad (te guste o no).

Muchas personas tienen dudas acerca de la ley del espejo y no ven con claridad cuál es el reflejo exterior. Hay cuatro matices que podemos tener en cuenta a la hora de entender si estamos ante una situación de espejo: 

.- Los demás nos espejean cualidades nuestras que no sabemos que tenemos cuando nos gustan especialmente algunas de sus características.
.- Lo que nos molesta de alguien nos espejea justo lo que no queremos ver o aceptar de nosotros mismos.
.- Cuando queremos controlar o manipular al otro teniendo expectativas egoístas.

.-Cuando sin darnos cuenta estamos haciendo lo mismo a terceras personas.

Tener en cuenta la Ley del Espejo nos aporta mayor autoconocimiento, integración de nuestras sombras, más empatía y compasión, más equilibrio emocional, liberación de las actitudes de víctima, sabiduría y libertad.




3.- El enojo nace de la necesidad o miedo a no ser amados, entendidos, aceptados...

Si en vez de culparnos por no ser como los demás esperan o desean que seamos, nos permitimos ser y sentir como realmente somos y sentimos, a nuestro alrededor siempre habrá personas que nos amen precisamente por eso; la diferencia está en lo diferente...

4.- El primer enojo nace con uno mismo cada vez que no nos permitimos decir y actuar como realmente sentimos.

Si nos permitimos equivocarnos de vez en cuando y, en vez de castigarnos, nos premiamos por habernos dado cuenta de ello y trabajamos para mejorarlo, nosotros mismos nos convertiremos en la persona que más nos ame, aumentará nuestra autoestima y por ende, nuestro propio poder personal. 
Al aceptar nuestras propias faltas desde la benevolencia para con nosotros mismos, será mucho más fácil comprender las faltas de los demás y, poco a poco, irá desapareciendo la fuerza que nos mantiene en continuo juicio.

5.- Si no hay necesidad no hay rabia. Si no hay rabia no hay cadenas; solo desde la paz interior puedo resolver las situaciones exteriores.

Cuando estamos en paz con nosotros mismos, nos aceptamos por completo y nos entregamos al auto-conocimiento desde una postura amorosa, resulta más sencillo entender a los demás. Es más, al dejar de juzgarnos desaparece la necesidad de juzgar a los demás.






Herramientas para trabajar la Reconciliación

Libertad:

La única fórmula es comprometernos con nosotros mismos, desde nuestra propia libertad, a tener una actitud de desnudez y aprendizaje con el único fin de traer a nuestra vida la paz, sabiduría y entendimiento que nos permitan soltar los lastres que no nos permiten avanzar.

SÍ A TODO COMO ES:

Aprender a fluir con la vida, con las personas que nos rodean y con nuestros propios sentimientos, actitudes y sombras sin juzgar ni juzgarnos convierte la vida en un camino de aprendizaje, motivación e ilusión, pero si nos mantenemos rígidos, enfocados y/o dominados por nuestro ego, creencias y patrones obsoletos o dañinos, seguiremos caminando en círculos sin siquiera atisbar el gran portal de amor que nos hace libres.

Cartas de perdón o liberación:

Llamadas así, no porque se perdone a alguien, sino porque nos ayudan a liberarnos de las cargas que nos estaban limitando. Es decir, entendemos el perdón como ese acto de amor hacia uno mismo que tenemos cada vez que ponemos nuestra propia paz por delante de cualquier enojo, decepción u ofensa.

Podríamos imaginar a la herida emocional como una púa; la llevamos clavada y nos da miedo quitárnosla por si nos duele, pero resulta que si no la sacamos, al final, la herida se hace más dolorosa, más grande e incluso puede llegar a infectarse: cuanto más profunda o duradera es la herida emocional, más duele, más supura.
El mayor gesto de amor que podemos tener para con nosotros mismos es sacarnos la púa; no importa si se nos clavó por accidente o si alguien nos la clavó, lo importante es deshacernos de ella, ¿no crees?
Si alguien nos la "ha clavado" (queriendo o sin querer) y "por orgullo", esperamos a que esa esa persona quien nos la quite, tal vez lleguemos a morir con ese anhelo...

Si buscamos en Internet, encontraremos infinidad de cartas de este tipo:

- Carta de perdón.
- Carta de liberación del clan familiar.
- Carta de liberación del linaje masculino/femenino.
Etc.

Ejemplo de carta de perdón para resolver enojos o cuestiones no resueltas con otras personas:

Empezamos copiando el inicio del guión.

En (lugar de residencia)
Fecha:
A la atención de (nombre y apellidos de la persona a quien va dirigida).

Hace tiempo que tengo ganas de decirte algunas cosas, pero hasta ahora no he tenido el valor suficiente para hacerlo y es que...

En este punto, nos dejamos fluir y escribimos todo lo que sentimos en referencia a esa persona o situación que nos duele. No importa si salen insultos, recriminaciones o quejas, lo importante es liberarnos de toda esa carga emocional que llevamos en nuestro interior.
 No importa si nos hemos remontado mucho en el pasado ni el tiempo que hace que estamos sufriendo por ello; escribimos hasta que sentimos que lo hemos sacado todo, que no nos queda nada más que decir y seguimos copiando el guión.

Y por todo esto, por no ser tú como yo esperaba que fueses, te perdono y te libero. Me perdono y me libero.

Firma:

Es muy recomendable que la primera carta de perdón sea para uno mismo y, de ahí, escribir una carta a cada persona cercana que ha influido en nuestra vida: padres, hijos, parejas, ex-parejas, ex-amigos (allí donde haya un "ex" es recomendable una carta de perdón).


Meditaciones guiadas:

- Que refuercen nuestra autoestima y poder personal, por ejemplo:



- Para la liberación del clan, por ejemplo:




- Para la resolución de conflictos con otra persona, por ejemplo:




Reconciliarse con uno mismo es el primer paso hacia la auténtica y completa sanación, el segundo, agradecer todo lo que está en nuestra vida y el tercero, trabajar para y por hacernos felices.