martes, 4 de septiembre de 2018

Yin-Yang: La energía que fluye por nuestro cuerpo




El Yin y el Yang son dos conceptos que ya se conocían en tiempos de Confucio, pero que han sido adoptados por el taoísmo y utilizados para representar la dualidad, es decir, las dos fuerzas opuestas y complementarias que esta filosofía atribuye a todo lo que existe en el universo.

Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que, a su vez, existe dentro de él mismo: No hay nada quieto, todo permanece en una continua transformación.
Además, cualquier idea puede ser vista del lado contrario si se la mira desde otro punto de vista.
Esta doctrina es fundamental dentro de la medicina tradicional china.

Principios del Yin-Yang:

. Son opuestos, aunque no absolutos. Es decir, el verano es opuesto al invierno pero puede haber días frescos en pleno verano...

. Son interdependientes. Sin el uno no tendría sentido el otro.

. Forman parte de un Todo mayor.

. Se consumen y generan mutuamente, generando un equilibrio dinámico que origina una nueva transformación.

. Pueden transformarse en su opuesto; el día se hace noche pero en otro hemisferio de la Tierra la noche se hace día.

. En el uno habita el otro. Siempre hay un resto de cada uno de ellos en el otro, lo que conlleva a que lo absoluto se transforme en su contrario.
Esta cualidad queda bien representada en el dibujo gráfico del Yin-Yang.

Yin es negro, está asociado con el agua, el metal y la tierra. Equivale al frío, la absorción y la energía dispersa.
Yang es blanco, está asociado con el calor, la energía del universo y la energía voluntad.
Equivale a la penetración.





¿Dónde se aplican estos conceptos?

La doctrina del Yin y el Yang puede aplicarse a todos los conceptos existentes. Por ejemplo:

. El fluir del tiempo, donde las horas de máximo Sol son completamente Yang, la medianoche es completamente Yin y el amanecer es Yin transformándose en Yang.

. Las estaciones: el verano es Yang y el invierno es Yin.

. Las direcciones: Norte es Yang y Sur es Yin; el oeste Yin transformándose en Yang y el este Yang transformándose en Yin.

. En el tratamiento de las enfermedades según las medicinas tradicionales asiáticas pues, en muchas ocasiones, el remedio a la enfermedad es justamente su opuesto. Por ejemplo: Si tenemos fiebres altas, nos damos una ducha de agua templada y la temperatura baja...

. Ejercicio físico; al ritmo del dibujo del Yin-yang puede trabajarse la musculación y la flexibilidad.

Al conocer los conceptos y energías Yin y Yang, podemos trabajar la energía que fluye por nuestro cuerpo y obtener con ello un equilibrio fluido entre la salud y el bienestar.
Una forma de hacerlo es a través de la alimentación




¿Cómo funciona el Yin-Yang en nuestro cuerpo?

Lo mismo que el Yin-Yang, la energía en el cuerpo humano se divide en dos hemisferios:

La parte alta: YANG, desde el plexo solar hacia la cabeza.
La parte baja: YIN, desde el plexo solar hacia los pies.

A parte de eso, todos tenemos una tendencia más Yin o más Yang; desde el color de la piel hasta nuestras preferencias de frío o calor nos dan pistas sobre qué energía hemos heredado.

La alimentación: Los alimentos vegetales tienen más energía Yin, la que sube de la tierra. En cambio, los alimentos de origen animal están más influenciados por la energía que proviene del Sol o Yang.
En exceso, los alimentos Yin van hacia el hemisferio superior del cuerpo y los Yang hacia el hemisferio inferior.

Aunque también hay que tener en cuenta que la energía Yin-Yang de los alimentos no solo nos afecta a nivel físico, sino también a nivel emocional y mental.

Las personas con constitución Yang suelen ser redondeadas y de baja estatura. De cabeza y estructura ósea grande y pesada con manos robustas de dedos cortos y pies con durezas y uñas duras. Sus orejas suelen ser grandes, de dientes fuertes y lengua de aspecto seco.
Suelen ser personas de reacción lenta, abiertas, amables y educadas. Emocionalmente estables y comunicativas con sus propios sentimientos y los ajenos.
Cuando están en desequilibrio pueden parecer irritables, agresivas, muy introvertidas o muy extrovertidas, controladoras incapaces de escuchar a los demás y muy ancladas en el pasado.

Las personas con constitución Yin suelen ser delgadas, finas y más artistas que prácticas. De estructura ósea larga, delicada y ligera, tienen las mandíbulas delgadas y puntiagudas. Sus manos, alargadas y casi siempre frías muestran dedos muy juntos entre ellos. Suelen tener los pies hinchados, las orejas pequeñas, los dientes débiles y la lengua pálida y mojada.
Suelen ser personas nerviosas, de reacción y movimiento rápido con tendencia a cohibir sus sentimientos. En cuanto a sus emociones, tratan de controlarlas conscientemente y prefieren la soledad en momentos de preocupación. Normalmente se decantan por actividades intelectuales y artísticas.

Cuando están en desequilibrio pueden actuar desde el victimismo, les cuesta concentrarse, son hipersensibles, dudan de todo y su falta de ilusión provoca que nunca terminen lo que empiezan.



Desequilibrios entre Yin y Yang, ¿cómo solucionarlos?

El equilibrio entre estas dos energías es fundamental, su desequilibrio provoca distintas afectaciones a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

¿Cómo podemos equilibrarlos?

. A través del cuerpo: potenciando la utilización de ambos hemisferios, por ejemplo, utilizando las dos manos para realizar tareas fáciles. A través del ejercicio, con movimientos oscilantes que representen el símbolo del Yin-Yang. A través de la alimentación; si tenemos un exceso de energía Yang, procuraremos consumir más cantidad de alimentos Yin.

. A través de la mente: La respiración consciente y la meditación son las mejores herramientas; haremos uso de la imaginación para visualizar cómo esas dos energías se balancean en nuestro interior hasta llegar a un baile armónico, equilibrado y sanador. Podemos hacer lo mismo con los dos hemisferios de nuestro cuerpo.
Es posible que, al trabajar en el cuerpo desde la mente afloren emociones o pensamientos que nos perturben, en ese caso, procuraremos seguir centrados en la respiración y no involucrarnos con ellos, sino que seremos meros espectadores, solo así obtendremos la claridad necesaria para conocernos y saber qué carencias o bloqueos necesitamos trabajar.

. A través del Reiki: En una sesión de Reiki se alinean los chakras y se trabaja de forma activa y suave en las carencias y/o bloqueos que no permiten la armónica fluidez de las energías Yin-Yang en nuestro cuerpo.

. A través del espíritu: Cambiar nuestra percepción de la realidad, empezando por nosotros mismos, expandiendo nuestra mente y corazón nos ayuda a comprender que nuestras creencias nos limitan. La empatía, la compasión y las no-expectativas para con nosotros y los demás nos ayudan a comprender que la luz y la oscuridad son, simplemente, ciclos complementarios y necesarios de un fin que no tiene fin.

De esta forma, el Yin y Yang pueden moverse dentro y a través de nosotros, en equilibrio, fluidez y libres de dualidad.








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