lunes, 24 de septiembre de 2018

PRANA o Respiración Vital




Respirar es más que llevar oxígeno a los pulmones y desechar dióxido de carbono.
Cuando inhalamos, nutrimos cada célula de nuestro cuerpo y, cuando exhalamos, desintoxicamos nuestro organismo y el sistema linfático.

La respiración es la fuente básica de nuestra vitalidad física, emocional, espiritual y energética,  por ello, es el primer paso a la hora de trabajar conscientemente en nuestra salud a todos los niveles.

El aire es mucho más que oxígeno, nitrógeno, óxido de carbono, óxido de nitrógeno, argón, helio, neón, criptón, xenón, hidrógeno, metano, óxido nitroso y vapor de agua y ozono.




La respiración es el proceso mediante el cual los seres vivos intercambian gases con el medio externo.
Consiste en la entrada de oxígeno y la salida de dióxido de carbono del mismo.
En las personas, esta respiración se lleva a cabo a nivel pulmonar y a nivel celular.





Respiración celular




La respiración se divide en dos fases distintas:

. Inhalación: es el proceso por el cual entra aire rico en oxígeno desde el medio exterior hacia el interior de los pulmones.

.Exhalación: es el fenómeno por el cual el aire pobre en oxígeno y rico en dióxido de carbono sale de los pulmones, es por tanto el proceso inverso a la inspiración.

El dualismo sanador

En la respiración encontramos la dualidad que nos alimenta, la combinación de dos opuestos que se complementan: la inhalación y la exhalación. Dos polos opuestos que, unidos en un mismo instante y enfoque, crean energía; una polaridad vital ascendente y descendente.


Nacimiento y muerte, día y noche, inicio y fin...

Los cuerpos que nos forman también manifiestan este ciclo de Vida-Muerte-Vida:

. A nivel físico: el nacimiento y la muerte; con el tiempo llega la vejez y la muerte pero si dejamos de respirar, morimos.
. A nivel mental: el pensamiento que llega y el que se va; si dejamos de inhalar, la circulación de pensamientos se para. El pensamiento es energía, una energía que muere si dejamos de respirar.
. A nivel energético: el influjo que notamos cuando fluimos o nos bloqueamos ante una situación o persona. En este nivel el ciclo respiratorio es mucho más sutil, pues no se trata de un intercambio de gases sino que se mantiene en un nivel sutil, puramente energético.

El Prana no es la respiración en sí misma, sino la energía vital que se produce en la polaridad del intercambio producido entre la entrada y la salida de aire.




En el cuerpo físico no concebimos esta polaridad como la fusión de dos opuestos; inhalación y exhalación forman parte de un mismo proceso. Cuando respiramos automáticamente no hay nada que elegir, la diferencia está en respirar conscientemente, es entonces cuando podemos darnos cuenta de lo que nuestro cuerpo siente cuando inhala y se nutre, y cuando exhala y se purifica; dos placeres necesarios que nos abren las puertas a una nueva concepción:

Respirar es elegir

La energía vital es bipolar: inhalar/exhalar, amor/odio. Pero solo respirando conscientemente nos damos cuenta de esa polaridad. Ningún cuerpo puede existir sin esta polaridad, lo mismo que el cuerpo físico no puede existir sin inhalar y exhalar. Ambos, dos procesos de AMOR.

Desde la respiración consciente podemos darnos cuenta de lo que sentimos. Para ello, simplemente, debemos ser meros observadores.
Al observar nuestra respiración nos damos cuenta de que no es necesario elegir; inhalar y exhalar forman parte del mismo proceso. Lo mismo sucede con los sentimientos de amor/odio (entendiendo odio como todo aquello que nos desagrada o nos produce emociones o sensaciones desagradables).

Si durante la respiración consciente sentimos molestias en alguna parte del cuerpo, tan solo hay que seguir nutriendo y limpiando para que esa molestia desaparezca. Si experimentamos sentimientos de tristeza, enojo..., lo mismo, sigamos respirando desde la conciencia de que forman parte de nuestro proceso y respiración vital.

Al entender la polaridad que nos mantiene VIVOS dejamos de lado la necesidad de elegir, empezamos a fluir con lo que somos y sentimos sin juzgarnos y esa libertad, se extiende a todo lo que nos rodea, ya sean personas o situaciones.

No podemos aferrarnos a la inhalación ni a la exhalación porque necesitamos de ambas para poder vivir. Del mismo modo, no podemos aferrarnos al amor ni al odio, pues forman parte del mismo ciclo de Vida-Muerte-Vida.

Cuando nos convertimos en observadores de esa polaridad, trascendemos el cuerpo y podemos darnos cuenta de la respiración sutil que nos envuelve, entonces somos poderosos y débiles a la vez, pero no importa, pues estamos exentos de la necesidad de elección; la vida es algo que está fuera de nosotros, el mar en el que nadamos.


La VIDA entra y sale como la respiración.



Crear desde la Libertad

Cuando en vez de involucrarnos en algo permanecemos como meros testigos, estamos más allá de los juicios y/o creencias que nos limitan.
Desde la respiración consciente, es decir, siendo tan solo testigos de la misma, dejamos de ser vida o muerte para emerger en una nueva fuerza, el PRANA, que emerge en nosotros y nos trasciende; ya no somos algo limitado, somos el prana mismo.

Desde ese eterno ahora que es la respiración nos mantenemos en el presente. 
Si lo hacemos conscientemente nos ayuda a estar en nuestro centro, a conocernos íntimamente a nosotros mismos y crear una vida fiel a nuestra auténtica verdad.

Ho'oponopono y la respiración HA

Los kahunas hawaianos nos enseñan que, a través de una respiración consciente, creamos fuentes de energía o mana, que podemos orientar a voluntad.
La practica de una respiración profunda y rítmica nos ayuda a acumular energía mana y a aumentar nuestros niveles vibratorios.

. Ejercicio:
A partir de una respiración natural en la que inspiramos por la nariz y exhalamos por la boca, nos dejamos mecer por su ritmo. Poco a poco, vamos moderando la salida de aire hasta expulsarlo suavemente por la boca.

Sentimos el movimiento del aire filtrándose en nuestro ser y llegando a cada órgano, musculo y célula. Al expirar, permitimos que el sonido "Ha" acompañe la salida del aire y sentimos el influjo de su poder sanador.

"Ha" es una palabra hawaiana que significa respirar profundamente y etimológicamente se relaciona con el número cuatro.

Por ello, la respiración Ha se trabaja en series de cuatro:

- Inspiramos contando hasta cuatro
- Mantenemos contando hasta cuatro
- Expiramos contando hasta cuatro
- Mantenemos contando hasta cuatro

* Repetimos el proceso cuatro veces.

A través de la respiración consciente sentimos un estado de paz y bienestar desde el cual, siempre desde afirmaciones positivas y desde la abundancia, atraemos a nuestra vida las sincronicidades oportunas que demostrarán y mejorarán nuestra vida y salud día a día.

El mudra que se corresponde con la respiración Ha y que podemos utilizar mientras la realizamos es el infinito.




¿Qué es un mudra?¿Para qué sirve?

Tienen su origen en las tradiciones hinduistas que se basan en la teoría del Holón; cada uno de nosotros formamos parte de un mismo Todo con el que está íntima y continuamente relacionado.

Mudra en sánscrito quiere decir “sello” o “anillo para sellar”; descripción del movimiento invisible que resulta del gesto ya que, cuando unimos los dedos de la mano formamos una especie de anillo que permite concentrar la energía o hacer contacto con una energía en particular. Al igual que ocurre cuando tocamos la tecla “Enter” de nuestro teclado, así funcionan los mudras: instantáneamente.
Al unir un dedo con otro hacemos contacto y cerramos un tipo especial de circuito que permite una cualidad de energía, una intención o una vibración en particular.

Algunos símbolos son simples y fáciles de recordar: la mano derecha representa el Sol, la izquierda a la Luna y cada dedo encarna un sinfín de información.



Prana es energía cósmica, y nuestro primer encuentro con ella es en el cuerpo físico. Se manifiesta primero como respiración, y luego va manifestándose como otras formas de respiración: influencias, magnetismo, pensamientos, vida, creación, ser. Si uno se vuelve consciente de ello, va trascendiendo capa tras capa, hasta llegar al estado puro del Ser, donde ya no hay división ni dualidad, en ese estado tan solo existe la Unidad. 






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