miércoles, 22 de mayo de 2019

Cabalgar sobre la Respiración


¿Quién no ha escuchado hablar de la importancia de la respiración?

De sobras sabemos que, si dejamos de respirar, nuestro cuerpo muere. Y muchos son los sanadores que aconsejan la práctica de la respiración consciente para sanar. Incluso en este blog se ha hablado de esa forma de conectar cuerpo-mente-emoción-alma y universo.

Pero, como suele suceder en todos los ámbitos de nuestra existencia, cuando encontramos la respuesta a una pregunta, suelen aparecer más preguntas. Es normal y un motivo más de nuestro propio crecimiento pues, si bien es importante conocer lo que sabemos, más lo es el ser conscientes de todo lo que desconocemos.

Sabemos que la respiración es vital, que utilizarla conscientemente multiplica sus beneficios pero ¿eso es todo? ¿Sólo podemos utilizarla en beneficio propio?
Lo cierto es que conseguirlo ya es todo un triunfo pero ¿qué pasaría si pudiéramos utilizarla para sanar al mundo?

Jorge Bucay, en su libro "Shimriti" nos habla de un ejercicio propuesto por un filósofo hindú llamado Atisha llamado "cabalgar la respiración".

Atisha nos propone que cuando inspiremos, pensemos que estamos inspirando las miserias del mundo entero. Toda la oscuridad, toda la negatividad, todo el infierno que exista en cualquier parte. Y dejemos que nuestro corazón lo absorba. Y que, al espirar, exhalemos toda la alegría que poseamos, todo el amor y todas las bendiciones que haya en nuestro Ser.

Ciertamente, es todo lo contrario a lo que nos habían enseñado hasta ahora.
Hasta ahora, en la respiración consciente inspirábamos Luz y exhalábamos todo aquéllo que nos hería, nos incomodaba o enfermaba.

Atisha nos propone ir un paso más allá alegando que en el momento en que voluntariamente absorbemos todos los sufrimientos, ya no son sufrimientos, porque el corazón los transforma de inmediato.

El corazón posee la fuerza máxima del amor que todo lo transforma.

Este ejercicio, altamente poderoso, es una ofrenda al mundo, un acto de piedad en la que no sólo nos beneficiamos nosotros sino que, además, bendecimos a todo y a todos los seres que habitan en nuestro mundo.

Quizá, empezar a respirar el mundo entero nos parezca una ardua tarea pero, tal vez podríamos empezar a practicarlo en nuestro pequeño universo personal. ¿Qué sucedería si pudiéramos limpiar las energías de una habitación en la que se está produciendo una discusión? ¿O la habitación o el cuerpo de un enfermo? ¿O la pobreza de ese niño que pasea por nuestras calles en pleno invierno sin zapatos o sin abrigo?

¿Os imagináis lo que sucedería si pudiéramos limpiar todas las energías de pobreza, dolor, pérdida y carencia que nos acompañan?

Ya lo decía Henry Ford: "Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, estás en lo cierto". Es decir:

SI LO CREES LO CREAS

¿Probamos?



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